La restauración de la vieja casa sacerdotal del monasterio neoclásico de Vega de Espinareda ya ha comenzado para dedicarla a fines turísticos
La Comisión de Patrimonio de la Delegación Territorial de la Junta en León autorizó, ya a finales del año pasado, la restauración de la casa sacerdotal del Monasterio de San Andrés de Vega de Espinareda, el más importante del Bierzo dentro del estilo neoclásico. No obstante, no ha sido hasta ahora cuando esas obras han podido echar a andar. El elevado coste de la madera necesaria para la rehabilitación de la Casa del Abad dejó desierta la primera licitación y la crisis del coronavirus hizo el resto para impedir el inicio de los trabajos. Tras meses de espera y habiendo prosperado la segunda licitación, para la que se retocó el proyecto inicial por Rodríguez Valbuena Arquitectos S.L.P., la empresa berciana Pedro Marcos SL ya se ha puesto manos a la obra con un presupuesto de 200.000 euros que pone el Instituto Leonés de Cultura.
Las obras se centrarán principalmente en el tejado, la balconada de madera y los corredores, cuyas estructuras están muy deterioradas y corrían serio peligro de derrumbe. También se limpiará la fachada y se adecentará el sótano y los suelos. Para todo ello, la empresa adjudicataria tiene un plazo de ejecución de tres meses, siempre respetando los criterios impuestos por el hecho de que, desde hace ya 38 años, el conjunto arquitectónico del Monasterio de San Andrés es Bien de Interés Cultural (BIC).
El objetivo del Ayuntamiento de Vega de Espinareda es reconvertir la vieja casa sacerdotal en un albergue turístico que brinde al visitante la posibilidad de alojarse a las puertas de la Reserva de la Biosfera de los Ancares Leoneses. En todo caso, lo que se está acometiendo es, tan solo, una primera fase.
El proyecto que se plantea el alcalde, Santiago Rodríguez, es mucho más ambicioso e incluye convertir prácticamente todo el edificio en un complejo turístico, sacando partido al enorme potencial del entorno. Para ello, buscará vías de financiación, incluidos los fondos destinados a la denominada transición justa de las cuencas mineras.
El complejo monástico conservado en Vega se comenzó a construir en el año 1778 y fue terminado dos años más tarde. No obstante, la construcción original, de la que no se conservan restos, podría datar de principios del siglo X.