Comienzan los trabajos para hacer visitable lo que queda del cenobio. Gradefes destina 148.000 euros al Centro de Interpretación de la ruta de los monasterios.
Las ruinas venden. Y en las del monasterio de San Pedro de Eslonza se vislumbra aún la grandeza de un edificio que durante décadas fue el ‘emblema’ de la desidia. En el solar han comenzado los ansiados trabajos para hacer visitables los vestigios de un edificio del declarado Monumento Artístico en 1831 y adquirido en 1880 por el asturiano Juan Francisco Calderón, hermano de uno de los últimos benedictinos del monasterio situado a 17 kilómetros de León.
El plan era comenzar las visitas guiadas este mismo verano, pero el alcalde de Gradefes, Amador Aller (PP), cree que las obras no concluirán a tiempo. Con subvenciones de varias instituciones —principalmente de la Diputación— han reunido 172.000 euros para que los visitantes puedan percibir la espectacularidad de este formidable monasterio, probablemente el segundo más grande de León, tras el todopoderoso de San Benito de Sahagún. El gigantesco solar que ocupa Eslonza sufrió una intensa y reveladora excavación hace tres años, que ha permitido reconstruir en parte la historia de este ‘Escorial’ leonés. Los trabajos incluyen desescombrar, limpiar y acondicionar las ruinas, vallar el perímetro y señalizarlo, así como colocar un pavimento que permita recorrer uno de los monumentos más saqueados de la provincia.
La historia reciente de Eslonza no puede ser más rocambolesca. En 1935 la Diputación plantea convertir el monasterio en manicomio. La Diputación descartó finalmente instalar un sanatorio psiquiátrico en este monumento por «su lejanía» de León capital. En 1946 el obispo Almarcha compra el monasterio de Eslonza por 100.000 pesetas (600 euros). La idea inicial era salvarlo de la ruina, pero ante la dificultad de mantenerlo y darle utilidad —o así se justificó entonces— decidió trasladar algunas partes, como la espectacular fachada, y reutilizarla en la iglesia de San Juan y San Pedro de Renueva. Se consumaba así el expolio del que había sido uno de los primeros y más importantes monasterios de España.
Paralelamente, el Ayuntamiento de Gradefes planea la apertura del soñado Centro de Interpretación de los tres monasterios de la comarca: Eslonza, Gradefes y San Miguel de Escalada. Este proyecto cuenta con un presupuesto de 148.000 euros y un plazo de ejecución de cuatro meses. Sin embargo, tampoco estará listo este año. La renuncia de la empresa que resultó adjudicataria ha sido la última traba para poner en valor la ruta monacal. Un edificio que albergó en los años una carnicería será remodelado como ‘museo’. Falta también dotarlo de contenido. El plan es exponer en él réplicas del Beato de Liébana y del Beato de Escalada —cuyo original se encuentra en Nueva York—, así como piezas halladas en las excavaciones de Eslonza. Al final, habrá que esperar al próximo verano. Por tercer año consecutivo y hasta el 30 de septiembre, el Ayuntamiento de Gradefes mantiene las visitas guiadas por esta ruta de los monasterios.