Al sureste de la provincia leonesa, en un pequeño territorio entre los ríos Esla y Porma, se levantaron en la Edad Media monasterios e iglesias antes de que se creara el Camino de Santiago. Donaciones de reyes y nobles los engrandecieron, hasta que la desamortización acabó con ellos y sus imágenes terminaran en museos. Hoy son recuerdo de lo que fueron, pero permanecen como lugares importantes, declarados monumentos histórico-artísticos.
La ruta pasa principalmente por tres monasterios y una iglesia, pero cerca quedan otros. Ya existía desde hace años, conocida como la ‘ruta escondida’. Ahora ya no lo está.
El mejor de esos monasterios –San Miguel de Escalada, a 30 km de León- se ha descrito como un bosque mozárabe, debido a sus catorce columnas con catorce capiteles.
A finales del siglo IX, una comunidad de monjes mozárabes cordobeses (cristianos de la España musulmana), dirigidos por el abad Alfonso, ocuparon un antiguo monasterio visigodo en ruinas. Construyeron sobre él una iglesia aprovechando capiteles y columnas que estos habían traído de las cercanas ruinas romanas de Lancia. Fue consagrado en el 913 por San Genadio.
San Miguel de Escalada es anterior a los de Peñalba y Santo Tomás de las Ollas. Su aislamiento hizo que Almanzor -un siglo después- lo ignorara. En el XII se añadió una torre y la pequeña iglesia románica. Hoy muestra una elegante galería porticada, tres arcos del iconostasio y una decoración esculpida, así como columnas, frisos, celosías y capiteles. En 1886 fue declarado Monumento Nacional.
Santa María la Real de Gradefes, del XII, a 10 km de San Miguel de Escalada, aloja a diecisiete monjas cistercienses. Son famosas monjas confiteras (elaboran virutas de San José) y, hasta la pandemia, celebraban una feria de dulces conventuales. Destaca el ábside con capiteles decorados -algo raro en el Císter-; el claustro, que sirve de cementerio a las monjas, y una Virgen del XIII. Otras piezas acabaron en los museos arqueológicos de León y Madrid. Monumento Nacional desde 1924.
Nuestra tercera parada es en el monasterio de San Pedro de Eslonza, a 20 km de León. Abandonado durante años es finalista del Premio Europeo de Intervención en el Patrimonio Arquitectónico. En 2016 estaba en ruina y su rehabilitación ha costado 180.000 euros a la Diputación más 90.000 del Ayuntamiento de Gradefes, 40.000 de la Junta y 105.000 del ministerio de Fomento. Situado cerca de Santa Olaja fue levantado en el 910 sobre una ermita mozárabe a la que se añadió una iglesia románica. El claustro plateresco y tres fachadas barrocas fueron a una iglesia de la capital. Declarado Bien de Interés Cultural en 1931.
El románico Santa María de Sandoval, cerca de Gradefes, también ha estado muy abandonado. Raimunda (Munda), que fue su guardesa durante 50 años, decía que no estaba dejado de la mano de Dios sino de la del hombre. En la iglesia está la ‘campana de las tormentas’: su sonido las ‘espantaba’. En época de cosecha, siempre había alguien de guardia. Munda murió en 2006 a los 94 años (la sustituyó su hija). La Junta ha aprobado un presupuesto de 400.000 euros para arreglar el monasterio. Monumento histórico-artístico desde 1931.
San Agustín de Mansilla de las Mulas fue fundado en 1491 por el Almirante de Castilla Fadrique Enríquez, quien se lo donó a los agustinos. Importante centro cultural hasta la llegada de los franceses en 1808. Destaca la plateresca capilla de los Villafañe, la bóveda estrellada y las cornisas dóricas con tallas infantiles, escudos y conchas. Ahora es el Museo Etnográfico Provincial de León, con más de trescientas piezas que forman parte de los fondos del Instituto Leonés de Cultura.
Y quedan iglesias mozárabe-románicas, como la de la Virgen de la Asunción de Villarmún, del XII, que conserva un pequeño ábside, y más apartadas las de Cubillas de Rueda -con portada renacentista- o Nuestra Señora de la Asunción de Cifuentes de Rueda. Cerca queda la ciudad medieval amurallada de Mansilla de las Mulas, y la romana de Lancia.
Más información. #Ruta de los Monasterios. 601 633 650.