Concurso Lancia

 | LIMES |

Lo que hace a LANCIA diferente de otras ciudades es que es límite – “LIMES” – entre mundos. Algunos dicen encontrar el pasado bajo tierra mientras otros aseguran ver el futuro sobre la superficie.

 

La ciudad de LANCIA ocupa una posición territorial fronteriza entre realidades y paisajes muy diferentes entre sí; diferentes épocas históricas y estratos, dos unidades paisajísticas, dos sistemas económicos con diferentes recursos e incluso dos ayuntamientos diferentes conviven en la frontera de LANCIA.

La propuesta que se presenta quiere poner de manifiesto esta situación de límite al objeto de tender puentes entre territorios espaciales y temporales. Conectar territorios y proyectar hacia el futuro, pero con firme base en el pasado.

 

LANCIA constituye una oportunidad de realizar un proceso de intervención territorial que sea un modelo de planificación desde una perspectiva medio ambiental y cultural. Por este motivo se realiza una propuesta decidida y valiente que pone en valor nuestro legado histórico y lo dignifica, creando nuevos significados que fomentan la atracción de recursos externos, pero al mismo tiempo una propuesta comprometida con el mundo rural y sus valores ecológicos y sostenibles.

LANCIA compone un paisaje en constante evolución y en el que la memoria histórica es el sustrato que da forma y sentido a la ordenación futura. Con este objetivo se propone una intervención de recuperación del trazado original de la ciudad romana a través del paisajismo, donde el nuevo paisaje estará formado por cultivos de agricultura y ganadería regenerativas.

 

El elemento más característico del entorno es el borde de la meseta sobre la que se sitúa la ciudad, un borde que se convierte en hilo conductor de la toda la intervención. Este elemento vertebrador de la actuación se denomina “SENDA DE LA RAÑA”, discurre por el borde de la cornisa y va enlazando los distintos elementos configuradores de la propuesta.

Desde la encrucijada de la ciudad parece que el antiguo decumanus avanzaba hacia la cornisa y se asomaba a ella. Es en este punto en el que se propone la ejecución de un mirador, denominado “EL MIRADOR DE PONIENTE” que se proyecta en el vacío en prolongación del decumanus buscando el sol del atardecer. Esta senda de borde culmina el recorrido en un espolón denominado Pico el Castro en el que se propone la instalación de una baliza de señalización denominada “LA BALIZA DEL PICO EL CASTRO”. Es una baliza a modo de faro, un punto estratégico que domina la totalidad del paisaje circundante.

 

EL CENTRO ARQUEOLÓGICO se sitúa en la senda perimetral y se integra con ella. Es un edificio itinerario y puede recorrerse por el interior y por el exterior, encima de su cubierta, de forma accesible. El recorrido interior se corresponde con el centro de interpretación que va explicando la antigua ciudad a los visitantes y culmina con la vista de la reproducción paisajística de la ciudad desde el interior. El recorrido exterior se produce por la cubierta de la edificación que se integra en el recorrido de la senda perimetral y forma parte de la misma.

Se evita deliberadamente la ubicación sobre el yacimiento desde el respeto al paisaje y a las ruinas y se busca la mejor ubicación para observarlas. Desde la cubierta se ofrece una nueva perspectiva del yacimiento arqueológico y también de las cuencas fluviales inferiores.

El edificio busca la integración con el paisaje, considerándose como un hito en el recorrido de la visita arqueológica. Un edificio autónomo y eficiente energéticamente, con un balance energético casi nulo.  

Desde un punto de vista museográfico la propuesta pretende trascender el espacio del edificio para ampliarse por el exterior de la excavación. El recorrido museográfico comienza en el interior del edificio y se enlaza en el exterior con la “SENDA DE LA RAÑA”, que permite visualizar en diferentes puntos la ciudad actual y la reconstrucción virtual de la antigua ciudad de Lancia. Un centro de interpretación que aúna presente y pasado.

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