CORREDOR VERDE URBANO SAN MAMÉS-PIZARRO

El corredor verde de San Mamés está ubicado en el barrio leonés de San Mamés, limítrofe con el barrio de las Ventas. Actualmente este espacio cuenta con dos parques urbanos separados por una calle que corta el espacio verde en dos diferentes inconexos.

Este proyecto se financia por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER). Se encuentra dentro del ámbito “ARRU León Norte – Barrios Entrevías”.

La presente actuación propone la reurbanización y conexión de los parques de San Mamés y Pizarro. La actuación incluye, por un lado, la mejora del espacio verde, con la renovación total de elementos vegetales y el mobiliario urbano, y, por otro, la mejora ambiental de las calles y espacios peatonales perimetrales, con el fin de conseguir un espacio verde único, accesible para todos desde cualquier punto, convirtiendo esta área en un espacio libre público de calidad para los ciudadanos. Sirve como conexión transversal entre dos de las vías principales, Avenida San Mamés y Avenida de Mariano Andrés. Estas avenidas son ejes principales que conectan longitudinalmente el centro de la ciudad con área norte de León.

El objetivo es incrementar la infraestructura verde del barrio, generando espacios libres públicos de calidad, aumentando la biodiversidad en el entorno urbana y mejorando la calidad de vida de las personas favoreciendo hábitos saludables. Para ello se lleva a cabo un tratamiento ambientalmente cuidado del parque San Mamés y Pizarro, incluyendo calles contiguas y demás elementos urbanos que configuran la imagen del área de intervención.

En el parque de San Mamés se crea un nuevo acceso, convirtiéndose en el principal, continuando la alineación de calle de Pizarro, prolongando la vía y generando un efecto óptico en el que la naturaleza se funde con las calles. Además, se producen dos nuevas aperturas desde el paseo central del interior con el corredor de FEVE. Por otra parte, en el parque de Pizarro, se abre longitudinal y transversalmente, para tener una mayor fluidez del espacio.

Otro de los principales objetivos del proyecto es la conexión de los parques generando un único espacio verde continuo. Para ello se propone transformar las vías intermedias en espacio verdes con preferencia peatonal. Las calles Pizarro y Marqués de Fontiyuelo, actualmente cuentan con tráfico rodado, zona de aparcamientos y accesos a garajes privados. La manera en la que están concebidas ambas calles, genera un punto de inflexión entre los dos parques que están separados a escasos metros. Se propone generar esta conexión mediante estas calles, creando una plataforma elevada al nivel de la acera, una calle de coexistencia donde la prioridad la tiene el peatón, extendiendo el parque y las zonas verdes más allá de los límites actuales. Estas plataformas permiten el acceso a los garajes privados, limitando el tráfico rodado existente. De este modo, se amplían las zonas verdes y se funden con el barrio, diluyendo el límite actual entre espacio natural con el resto del barrio.

Una de las características de este parque es la presencia de muros de contención existentes que necesitan asumir los empujes del terreno y de todo el arbolado actual. Estos muros generan una separación entre las zonas verdes y los paseos internos del parque, además aportan un mayor nivel de inseguridad y carecen en algunos puntos del lugar de la accesibilidad necesaria. Al encontrarse en una altura superior al nivel de la calle y del interior del parque, no es posible rebajar la cota de las zonas verdes, pues se estropearían las raíces de los árboles. Por esta razón, y con el objetivo de conseguir un espacio seguro y sin barreras arquitectónicas, se propone subir la cota del pavimento interior del parque San Mamés, coincidiendo con el nivel de los accesos desde las calles. Se trata de garantizar un recorrido interior accesible que conecte todos los espacios y que se eliminen todas las barreras arquitectónicas que impidan un itinerario continuo o que supongan una discriminación en el uso del parque. Para ello se crean rampas, se incluye un pavimento apto para personas con movilidad reducida y se eliminan muretes. Se plantean tres situaciones diferentes:

  • Eliminación de muros: se eliminan muros y se consigue el mismo nivel en las zonas verdes que en el pavimento interior.
  • Creación talud vegetal: se crean taludes vegetales que sustituyen a los muros de contención existentes.
  • Muros de granito: en los casos donde no sea posible ninguna de las soluciones anteriores, se diseñan unos muros de granito que contienen los empujes del terreno con la menor altura posible. En este caso existen dos dimensiones, según las alturas necesarias en cada caso, (0,85m y 0,50m). En su defecto se pondrán losas de granito sobre muros existentes.

Ambos parques cuentan con un arbolado existente de calidad, que, en algunas ocasiones, al tener otro arbolado tan cercano, no permite que crezcan y se desarrollen de manera adecuada. Se propone un estudio en detalle de toda la vegetación, llegando a eliminar, bien sea talar o trasplantar las especies arbóreas de menor calidad o que no estén en un lugar adecuado. No se incrementa el número de árboles, considerando suficiente la masa arbórea existente en relación al espacio del que se dispone, por ello, se optar por trasplantar 14 unidades que se reubicarán en las nuevas calles peatonales del proyecto, teniendo en cuenta su posterior crecimiento hasta convertirse en árboles adultos. Las praderas de césped actualmente presentes se sustituyen en gran parte por nuevas plantaciones arbustivas y herbáceas, principalmente en las zonas donde las condiciones no son adecuadas para el desarrollo de praderas. De este modo, se limita considerablemente el mantenimiento y la huella de carbono, obteniendo un aspecto más atractivo basado en plantas tapizantes y cubresuelos en las zonas donde no sea necesario el pisoteo.

Debido a la vegetación, y las grandes superficies sombrías que generan, se establecen unas zonas estanciales que se adapten al clima de las diferentes estaciones del año, en función de la sombra de cada espacio, llegando a ser escasas las zonas soleadas. Con ello y con la propuesta anterior de trasplantar los árboles más jóvenes, se divide el parque en dos zonas diferenciadas en uso según las estaciones, marcado por el grado de soleamiento y la sombra de la vegetación. Los espacios estanciales con arbolado son preferiblemente para el verano, espacios más frescos donde además se acompaña con un suelo semipermeable de adoquines con junta vegetal. Estas zonas estanciales se acompañan de vegetación de plantación baja. En las zonas más soleadas se crean nuevas zonas estanciales pensadas principalmente para la época de invierno.

Los límites del proyecto se extienden más allá de los inicialmente planteados, como es el caso de la nueva zona de juegos infantiles. Con la intención de mejorar y aportar un espacio de calidad para ciudadanos de todas las edades, se opta por eliminar las zonas de juegos existentes y reubicarlas en dos nuevas zonas de mayor tamaño. En el interior del parque Pizarro se crea una nueva zona de juegos infantiles para los más pequeños, estando protegida por la vegetación, evitando el contacto directo con vías de tráfico rodado, para garantizar la seguridad. En los jardines de Mariano Andrés, contiguo a Pizarro, se crea una nueva área de juegos infantiles para niños.

El mobiliario se sustituye en su totalidad, en el caso de los bancos, se opta por un acabado de madera, elegido por su comodidad y funcionalidad, a excepción de la plaza hexagonal y zonas sombrías destinadas a épocas calurosas, donde se coloca una losa de granito a modo de banco corrido. El mobiliario juega un papel importante en el diseño de los espacios, está orientado a fomentar espacios de convivencia que ofrece la posibilidad de encuentros sociales, relacionándose directamente con las zonas naturales, mejorando la calidad de vida de las personas. Se crea una nueva zona de deporte al aire libre con mobiliario biosaludable, apta para todas las edades.

Se crea un nuevo carril bici que atraviesa las zonas verdes conectando la avenida de Mariano Andrés con el corredor urbano de FEVE, siendo ambas vías longitudinales de intenso tráfico peatonal que conectan la zona centro con la parte Norte del barrio.

Para garantizar la seguridad, se propone la eliminación de cualquier barrera que impida la visión continua del parque y se introduce nueva iluminación diferenciada, con la intención de tener un corredor por el que se pueda circular tanto de día como de noche. Las balizas empleadas en las calles de coexistencia, sirven también a modo de bolardos, con la intención de crear zonas seguras para los peatones.

  • CLIENT Ayuntamiento de León
  • YEAR 2022
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